Tener que celebrar o atender un entierro puede ser una de las experiencias más devastadoras de nuestra vida. Todos sabemos que la muerte forma parte de la vida, y que tarde o temprano nos enfrentaremos a ella, ya sea porque nos toque a nosotros o porque nos toque de cerca. Cuando sucede esto último solemos sentirnos muy perdidos, porque se trata de una rotura muy brusca de nuestro día a día, de nuestra vida tal y como la concebíamos, y enfrentarnos a algo así resulta muy duro.
Cada cultura tiene su propia forma de afrontar la muerte y lo que viene después, pero todas ellas se centran en tratar de paliar el dolor mediante un bonito recordatorio de la persona que nos ha dejado y una suerte de ritual para despedirnos de ella. Si has tenido que enfrentarte a algo así hace poco, te habrás visto repentinamente envuelto en un mar de decisiones que no quieres tomar, tanto porque son complicadas como porque duelen. No es fácil tener que elegir nada relacionado con un entierro, y afortunadamente existen empresas en cuyas manos puedes dejar toda la preparación para no tener que pensar en ello constantemente, pero una de las formas más clásicas de honrar al difunto es llenar la sala con preciosas flores para simbolizar lo que representaba para nosotros.
Existen floristerías especializadas en este tipo de coronas o ramos, como la floristería tanatorio Municipal de Valencia, que te asesora y puede ofrecerte ideas para escoger las flores más adecuadas para un entierro. Enviar flores es una costumbre bonita y un detalle para que la familia de la persona que ha fallecido reciba tus condolencias, por lo que es importante saber elegir las flores más acertadas para una situación tan devastadora. Es normal no tener mucha idea sobre cuáles son las mejores flores para este tipo de circunstancias, por eso he preparado unos consejos muy básicos para que sepas escoger las flores más adecuadas para un entierro.
Si eres tú quien está organizando el entierro, te resultará muy duro escoger las mejores flores para un evento tan doloroso. Si se trataba de un ser querido, lo mejor que puedes hacer es escoger un ramo o una corona que cuente con sus flores favoritas o, en su defecto, con algunas de los colores preferidos del difunto. Elegir algo que nos recuerde a la persona que ha fallecido es un detalle precioso para honrar su memoria, y llenar la sala con flores se ha convertido en una costumbre occidental para embellecer algo tan duro. No es tan nada fácil tener que tomar la decisión de las flores, porque tienes que pensar en qué le habría gustado a la persona, y eso siempre resulta devastador si se trata de una muerte cercana y reciente. Sin embargo, creo personalmente que te hará sentir mejor pensar en qué le habría gustado a él para sentirle más cerca durante todo el proceso, ya que un entierro no deja de ser algo dedicado a la persona que ha fallecido, aunque esté enfocada a los que siguen aquí.
Si, por otro lado, si uno de tus seres queridos ha tenido que enfrentarse a la muerte de un familiar o un amigo, y quieres tener un detalle, aunque no conocieras a la persona, enviar un ramo de flores o una corona es siempre un bonito detalle para hacerle llegar a tu amigo tus condolencias. Evidentemente, si tienes un amigo que está enfrentándose a la dura situación de preparar un entierro, lo mejor que puedes hacer por él es garantizarle que estarás ahí para lo que necesite. No obstante, el gesto de enviar flores es algo muy común en nuestra cultura, y podrás tener un detalle presente durante la ceremonia. En este caso, lo mejor que puedes hacer es escoger un ramo o una corona con flores blancas. Lo blanco resulta puro, limpio y muy bonito, y es imposible que falles optando por un color tan bonito y clásico. Siempre puedes preguntar a los floristas expertos cuál es la mejor opción para una situación como esta, pero mi consejo, si no quieres tener que recurrir a ellos, es optar por un ramo sencillo en tonos verdes y blancos, con un mensaje.
Es un gesto que tu amigo valorará más de lo que crees, y no cuesta nada estar presente de todas las maneras posibles en un trance tan doloroso.