En qué consiste la polinización de las abejas

En qué consiste la polinización de las abejas

El proceso de la polinización de las abejas, tanto a nivel general como en sus detalles más misteriosos y complejos, se trata de uno de los fenómenos más importantes que tienen lugar en la naturaleza cuyas repercusiones en la vida del resto de seres vivos todavía se estudian y no se conocen en toda su extensión. Es por este motivo que la polinización continúa siendo un tema de interés actual para los científicos y todos los días se descubre algún detalle o matiz nuevo con respecto a esta cuestión.

Lo primero que debemos tener claro antes de empezar a investigar en profundidad este tema es la definición más básica del concepto de polinización ya que debemos sentar las bases primero si queremos llegar a ser expertos algún día. La polinización se podría definir como el proceso mediante el cual el polen de una flor llega al estigma de la misma u otra flor. Es algo así como el proceso de inseminación de las plantas, el polen fecunda unas células que se encuentran presentes en el estigma para que, en un futuro, se conviertan en nuevas semillas y frutos.

El papel de las abejas

Ahora que ya conocemos la importancia de la polinización, que es ni más ni menos que permitir que las plantas se reproduzcan y se perpetúen como especies, podemos empezar a investigar el papel que las abejas juegan en todo este proceso. El principal problema que tienen las plantas es su condición de sesilidad, es decir, que son prácticamente inmóviles y, por tanto, no pueden realizar el proceso de la polinización por sí mismas sino que requieren de la participación de otros organismos o fuerzas que reciben el nombre de agentes polinizadores y entre los cuales se encuentran las abejas con un papel protagonista.

En efecto, las abejas son uno de los principales agentes polinizadores de las plantas con flores ya que se alimentan principalmente del polen y el néctar de éstas. Su papel en la polinización es tan sencillo y a la vez tan importante como transportar el polen de unas flores a otras para facilitar que el polen de una planta pueda llegar al estigma de otra y así producirse la fecundación y la formación del fruto y de las semillas.  Las abejas que se centran en la recolección de polen exclusivamente son las más eficientes y se estima que un tercio de la polinización por insectos depende de estas especies.

El proceso de polinización de las abejas, un tema recurrente en los mejores libros sobre apicultura, es bastante sencillo ya que éstas se ven atraídas por las flores debido a una serie de señales químicas o visuales en busca de comida o refugio y al entrar en contacto con los órganos reproductores de la flor sus cuerpos quedan impregnados de polen. Una vez la abeja vuela a otra flor atraída por sus señales químicas y visuales el proceso se repite, con la diferencia de que el polen de la flor anterior se deposita en la siguiente permitiendo una polinización rápida y efectiva.

Beneficios de la polinización

La polinización es tan importante y necesaria debido a que se trata de un proceso bidireccional, es decir, que beneficia tanto a las plantas como a las abejas y al resto de agentes polinizadores. Para las plantas se trata de un proceso extremadamente valioso ya que de éste depende su reproducción y, por tanto, su supervivencia y es una fuente importante de biodiversidad. Para las abejas es esencial también ya que permite que se alimenten y se resguarden cuando las condiciones climáticas son adversas por lo que también tiene una gran incidencia en su supervivencia.

En última instancia, los que se benefician indirectamente de todo este proceso de la polinización son los seres humanos ya que sin esfuerzo y en muchos casos sin ningún tipo de intervención se aumenta considerablemente la diversidad y el rendimiento de los cultivos gracias a este proceso. Es por este motivo que nos interesa conservar este fenómeno y tratar de potenciarlo ya que incide directamente en la calidad y en la cantidad de los cultivos destinados a la alimentación humana y se trata de un proceso completamente natural y autorregulado que no necesita en absoluto de la participación humana, solo debemos garantizar que los agentes polinizadores como las abejas lo sigan siendo y con el mismo nivel de eficiencia.