En este artículo nos vamos a centrar en ver cómo controlar el estrés vegetal por altas temperaturas para que el desarrollo de las plantas pueda ser el adecuado. Es verdad que hay muchos factores que hacen que el desarrollo de las plantas sea bueno o malo, pero el factor de la temperatura es uno de los que más influye a la hora de su desarrollo. Sobre todo cuando llega el verano.
Para que te hagas a la idea, a partir de los 30 grados y por debajo de los 20 grados la producción de las hormonas de la planta comienza a disminuir, es decir, la planta comienza a sufrir. Al sufrir estrés, la planta no solo crecerá menos de lo debido, sino que también tendrá problemas a la hora de regenerar sus tejidos. Eso sí, si la temperatura sube de los 40 gratos, no solo tendrá problemas en el desarrollo, sino que también podrá sufrir quemaduras que podrían dañar seriamente la planta.
No hay que olvidar que si la temperatura es elevada, lo más seguro es que la deshidratación de la planta no tarde en llegar por falta de agua. Esto provoca que la planta no tenga todos los recursos necesarios para un buen desarrollo y floración, es decir, la producción será mucho más baja de lo esperado.
Encontrar los síntomas de estrés en las plantas por altas temperaturas es muy sencillo. Si notamos que las hojas como los tejidos de la planta comienzan a deteriorarse, lo más seguro es que estén sufriendo estrés.
No solo lo podrás comprobar con un marchitamiento de la planta, sino que también podrás notar quemaduras. Las quemaduras suelen afectar principalmente a los brotes más jóvenes, aunque si la quemadura es importante podrá afectar a cualquier parte de la planta.
Para que la planta se encuentre en un clima adecuado y pueda disfrutar de un desarrollo adecuado, lo mejor que podemos hacer es adquirir controladores de temperatura y humedad.
Estas sencillas herramientas nos indicaran los niveles y así podremos tomar medidas para que la planta que estamos cuidando pueda disfrutar de una buena salud. Recuerda que las temperaturas bajas son malas, pero también lo son las temperaturas elevadas. No hay que olvidar que la planta tiene que tener un nivel adecuado de humedad para que el desarrollo sea el adecuado y en consecuencia podamos disfrutar de la producción que estamos buscando. Sin olvidar que los nutrientes siempre deberán ser los adecuados sin queremos conseguir una buena cosecha.
Lo importante es tener un buen control de los datos para que la planta esté en las condiciones idóneas de desarrollo. Por supuesto, si los niveles son extremos, siempre podemos tomar las siguientes medidas para aportar lo que la planta realmente necesita.
El riego por aspersión nos será de gran ayuda a la hora de conseguir reducir la temperatura del suelo. Para conseguir mejores resultados y evitar que el agua pueda quemar la planta, se suele recomendar que los riegos se realicen cuando el sol comience a ocultarse. Si regamos cuando más calor hace, la planta no solo comenzará a sufrir quemaduras por el efecto lupa del agua, sino que el agua no hará su función, ya que se evaporará rápidamente.
Siempre tienes que apostar por plantar una especie adecuada al entorno para no tener que tomar demasiadas medidas de protección. En caso de apostar por platas no autóctonas, tienes que tener claro que las medidas tendrán que ser importantes.
Con el objetivo de conseguir que la humedad no se vaya con rapidez, sobre todo en los días más calurosos, una buena opción es la de apostar por las cubiertas vegetales. No solo ayudaran a que la humedad dure más tiempo, sino que también permitirá que la planta pueda tener una temperatura mucho más confortable.
Por supuesto, siempre tienes que aportar a la planta la humedad que necesita para conseguir que la misma se pueda desarrollar correctamente y así reducir el nivel de estrés. Puedes tener la certeza de que una planta con un nivel elevado de estrés no dará apenas producción. Siempre y cuando no se pierda por los daños recibidos.